Si estás pensando en el cerebro, pulmones o cualquier otro órgano interno, te equivocas de plano. El órgano corporal más pesado es uno en el que habitualmente no pensamos como órgano: la piel.
La piel consta de tras capas: epidermis, dermis y tejido subcutáneo. El grosor de la piel varía enormemente a lo largo del cuerpo. Por ejemplo, la delicada piel que rodea tus ojos es apenas tan fina cono unas pocas cuartillas de papel, mientras que la piel que recubre las plantas de los pies es tan gruesa como una goma de borrar. A pesar de las diferentes características zonales, todo forma parte del mismo órgano, incluido las uñas y el pelo.
El peso de la piel de un humano supone el 16% del total corporal. Para una persona con un peso de 70 kilos, eso supone que su piel pesa algo más de 11 kilos. Obviamente a mayor volumen corporal, más piel. Si esa persona tipo de 70 kilos pudiera quitarse la piel y extenderla sobre el suelo como una alfombra, se podrían cubrir con ellas unos dos metros cuadrados. Tras la piel los órganos más pesados son los intestinos (4,40 kilos), los pulmones (2,7 kilos entre ambos), el hígado (1,45 kilos) y el cerebro (1,36 kilos).
Fuente: http://maikelnai.elcomercio.es