El Solitario George, una tortuga gigante de la Isla Abingdon que vivía originariamente en la Isla Pinta (Islas Galápagos), es el único superviviente de su subespecie, convirtiéndose en el reptil más raro del mundo y, por tanto, el reptil en mayor peligro de extinción.
Los intentos para aparear a George con tortugas
de islas cercanas resultaron infructuosos y, después de que la vegetación de Pinta disminuyese de manera importante debido a las cabras salvajes que se habían introducido en la región, se le trasladó al Centro de Investigación Charles Darwin, en la Isla de Santa Cruz (Islas Galápagos).
En julio de 2008 los científicos descubrieron que George se había apareado con dos tortugas hembra y habían fecundado 13 huevos. Se colocaron en incubadoras pero, al final, resultaron no ser fértiles.
Con una edad de entre 160 y 190 años, George sigue entrando en años por lo que, a menos que se logre encontrar una compañera adecuada (el Centro de Investigación Charles Darwin ha ofrecido una recompensa de 10.000 dólares a quien logre encontrar una pareja adecuada para la reproducción) o que se usen técnicas de clonación para generar futuros Georges, su subespecie morirá con él. De hecho, aunque George todavía está vivo, técnicamente, en la actualidad, la subespecie ya está extinguida.
Fuente: actualidad.orange.es
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