Si hablamos de
las drogas en el sentido más amplio del término, es decir, como
cualquier sustancia que puede producir una alteración química o
biológica en nuestro organismo, las primeras drogas probablemente fueron
los primeros medicamentos. Se conocen tablillas sumerias de 4.000 años
de antigüedad que contienen descripciones del uso de medicamentos,
aunque probablemente los magos y chamanes de las primeras tribus de
cazadores-recolectores usaban drogas como el opio desde mucho antes en
sus ceremonias y actos de curación.
Luego está el alcohol, que es una droga, sí, pero una droga bastante particular: para empezar, su venta es legal, su empleo es más antiguo que la historia escrita y su abuso genera más costes a la sociedad que todas las sustancias ilegales juntas. A nivel bioquímico, también es especial: en comparación con la cocaína o la heroína, se necesita consumir una cantidad 1.000 veces mayor de alcohol para notar sus efectos sobre el organismo.
De hecho, los expertos creían tradicionalmente que el etanol (o alcohol etílico) actuaba sobre el sistema nervioso de un modo muy distinto al de las demás drogas. Mientras éstas se acoplan a proteínas concretas de las células, como una llave en un cerrojo, se pensaba que el alcohol atacaba indiscriminadamente a los nervios y alteraba la función de algunas células de forma no selectiva. Sin embargo, no ocurre exactamente así.
Modernas técnicas de análisis han permitido comprobar que el alcohol también se acopla específicamente sobre ciertas proteínas, como lo hacen las demás drogas, si bien es cierto que el etanol posee algunas peculiaridades que dificultan el estudio de sus mecanismos de acción
De hecho, los expertos creían tradicionalmente que el etanol (o alcohol etílico) actuaba sobre el sistema nervioso de un modo muy distinto al de las demás drogas. Mientras éstas se acoplan a proteínas concretas de las células, como una llave en un cerrojo, se pensaba que el alcohol atacaba indiscriminadamente a los nervios y alteraba la función de algunas células de forma no selectiva. Sin embargo, no ocurre exactamente así.
Modernas técnicas de análisis han permitido comprobar que el alcohol también se acopla específicamente sobre ciertas proteínas, como lo hacen las demás drogas, si bien es cierto que el etanol posee algunas peculiaridades que dificultan el estudio de sus mecanismos de acción
No hay comentarios:
Publicar un comentario